2007-03-07

de DondE saliO ese tAl RobLedO?



¿De dónde salió ese tal Robledo?

Daniel Samper Pizano. Columnista de EL TIEMPO.


El senador que asustó al Gobierno podría hacer tambalear el TLC. Ojalá.

Aún cuentan en tertulias de viejos que el parlamento colombiano tuvo épocas en que daba gusto acudir a los debates y presenciar los duelos de los grandes oradores. Eran tiempos empolvados y remotos, pero mejores que estos que vivimos, donde la más común retórica consiste en robarse los auxilios regionales y el último discurso célebre fueron los comentarios de la presidenta del Congreso sobre sus cucos.

Por eso reconforta un espectáculo como el que vimos la semana pasada, cuando un congresista de la oposición, el portavoz del Polo Democrático Alternativo, Jorge Enrique Robledo, sacó a bailar a tres ministros del gabinete, hizo rabiar a uno, descompuso al otro y consiguió que el tercero acabara llamándolo "infame, tres veces infame", como si fuese un bolero de Paquita la del Barrio. Muy crudos estaban los guerreros de Uribe para enfrentarse a este mosquetero impertérrito que tiene fama de ser uno de los mejores senadores del Congreso. Pero, ¿cómo esperar grandes vuelos oratorios de un ministro que dice "espéresen", de otro en estado de catalepsia o de un protoministro más familiarizado con la yupicracia que con la democracia?

La escena fue interesante para los ciudadanos y honrosa para el Parlamento, escaso de buenos debates y pródigo en componendas. Habrá que abonarle a Jorge Enrique Robledo el haber sacudido el marasmo del Capitolio y ofrecido un capítulo de democracia en acción.

Pero, ¿de dónde salió ese señor canoso que de repente aparece en todos los noticieros y ocupa en periódicos y revistas un lugar reservado a caciques liberales y conservadores?

Contra lo que sugiere el Gobierno, no se trata, ni mucho menos, de un simpatizante de la guerrilla. Por el contrario, podía llenarse un libro con las palabras que ha pronunciado para condenar la lucha armada y defender un cambio social civilizado y pacífico. Tiene 57 años, es ibaguereño de nacimiento, manizalita de estudios y de cátedra y habitante de Bogotá por culpa de una carrera política que lo desvió de su primera y quizás más querida vocación: la arquitectura.

Graduado en la Universidad de los Andes, se especializó en construcciones de guadua y bambú y durante años fue catedrático en la Universidad Nacional (sede Manizales). De allí los removieron sus inquietudes sociales, porque, como dice García Márquez, "si uno no se mete con la política, la política acaba metiéndose con uno". Probó el primer sorbo de militancia en el MOIR, donde se dedicó a estudiar la situación nacional, recorrer el país e informarse de temas de economía, agricultura y medio ambiente. Muy pronto se lo tragó el activismo de izquierda y lo perdió la arquitectura. Como es tipo juicioso y serio, se destacó por sus ataques contra el neoliberalismo, compendiados en un libro. Llegó al Senado, y allí ha cumplido una notable carrera de denuncias y debates. Muchos que conocimos su trayectoria resolvimos votar por él. Ahora el Gobierno acaba de cometer un error antológico al enfrentar tres pollos asustadizos a este gallo de espuela afilada.

El momento no pudo ser peor para la coalición oficial, ni mejor para quienes se oponen a ella. El rifirrafe de la semana pasada fue apenas un entrenamiento. Ya vienen los debates del TLC. Y hay pocos tipos tan cargados de razones y tan convincentes en su exposición contra este exabrupto histórico como Robledo. De su último libro, 'El TLC recoloniza a Colombia', se han vendido ya 30.000 ejemplares.

Estoy seguro de que si le ofrecen un escenario público parecido al que tuvo, acabará por desmontar el vergonzoso acuerdo que entrega nuestra libertad económica a los Estados Unidos o, por lo menos, conseguirá que quienes lo aprueben se abochornen ante sus compatriotas por haberlo hecho.



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